Primer Campo de Exterminio en México
Una historia de cómo el fundador del Cartel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero, tuvo relación con uno de los primeros campos de reclutamiento del narco, del que se tenga conocimiento en el estado.
EDITORIAL
El pasado 5 de marzo el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco redescubrió las instalaciones del Rancho Izaguirre ubicado en el municipio de Teuchitlán, las cuáles eran presuntamente utilizadas por no de los cárteles del crimen organizado como crematorio clandestino y campo de reclutamiento donde se entrenaba a los miembros del grupo criminal.
Con el pasar de los días, tanto el colectivo de búsqueda como la Fiscalía del Estado de Jalisco (FEJ) encontraron restos óseos, prendas de ropa, calzado y otros objetos que se relacionaban con personas desaparecidas, a su vez, comenzaron a surgir testimonios de gente que aseguraba fue forzada por el crimen organizado a recibir preparación táctica en el Rancho Izaguirre, situación que causó gran indignación en todo el país y desencadenó distintas movilizaciones.
Sin embargo, no es la primera vez que se registra un reclutamiento forzado del crimen organizado en grandes propiedades, pues en 1984 elementos del ejército mexicano lograron identificar y asegurar el llamado “Rancho Búfalo”, el cuál era controlado por Rafael Caro Quintero, uno de los líderes del Cártel de Guadalajara (CDG).
La caída del Rancho Búfalo
El 6 de noviembre de 1984, el estado de Chihuahua fue escenario de un despliegue militar que fue considerado como el mayor decomiso de marihuana a nivel internacional, en el conocido como “Operativo Búfalo” encabezado por más de 400 miembros del Ejército Mexicano de acuerdo con información publicada por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
Los informes indican que el entonces embajador de Estados Unidos (EEUU) en México, John Gavin, indicó que desde las alturas se podía observar una extensión de tierras verdes en una porción al sur de Chihuahua.
El Rancho Búfalo abarcaba alrededor de 544 hectáreas, donde fueron aseguradas dos mil 500 toneladas de marihuana que habían sido cultivadas, sembradas y empaquetadas en dicha propiedad, considerada como el emporio más importante del narcotraficante Caro Quintero.
En otros reportes se indican que fueron más de 8 mil 500 toneladas las que se encontraron en el lugar.
Informes de la prensa señalan que en el rancho laboraban cerca de 10 mil jornaleros que provenían de distintos estados, como Michoacán, Durango, Sinaloa, Oaxaca y Veracruz. Supuestamente, eran reclutados bajo la promesa de una buena paga, pero posteriormente eran amenazados de muerte y obligados a ser parte del cártel.
La investigadora Sibely Cañedo Cázarez señaló que estos campesinos se encontraban encerrados en minicampamentos y eran obligados a producir la droga bajo la coacción de armas de fuego. Es decir, que además de vivir clandestinamente, eran explotados.
El decomiso significó un importante golpe económico para el tráfico de drogas, pues se estima que las pérdidas ascendían a los USD 8 mil millones, por lo que el “operativo búfalo” fue considerado como un antecedente clave que llevó a la caída de Rafael Caro Quintero conocido como el “Narco de narcos”.