Ciudad

Barra de Navidad celebra a su Cristo del Ciclón

Este 1 de septiembre se cumplen 52 años de aquel fatídico día, cuando el huracán “Lily” azotaba con fuerzas a la población de Barra de Navidad, y a decir de la leyenda, ante rezo de sus habitantes el cristo de la parroquia de San Antonio Bajo sus brazos de la cruz para calmar la tempestad.

CIUDAD | Marco Antonio Guízar

BARRA de NAVIDAD, Jalisco. [ABC Medios]- A 52 años de aquel 1 de septiembre de 1971, sigue viva la fe y devoción de los barreños por su Cristo del Ciclón, quien en muestra de las plegarias de su gente, bajó los brazos de la cruz para proteger a la población de la fuerza del huracán “Lily” que azotaba las costas jaliscienses.

Este primero de septiembre, la comunidad católica de Barra de Navidad, como lo ha venido haciendo desde años atrás tomará al “Cristo del Ciclón” y recorrerá La Laguna de Barra de Navidad, implorando la protección divina ante la fuerza de los huracanes que azotan la región.

De acuerdo al comité organizador de los festejos por el aniversario del “Cristo del Ciclón”, el recorrido iniciará a las 4 de la tarde por La Laguna, para posteriormente, llegar a la Marina de Hotel Cabo Blanco, e iniciar la peregrinación con rumbo al Templo de San Antonio, y llegar a la celebración de la misa de las 7 de la noche.

LA HISTORIA

El 1 de septiembre, de 1971, las costas de Jalisco estaban siendo azotadas con furia, ante la presencia del Huracán Lily, fue ahí donde, ante esa tragedia sucedió un hecho calificado de milagroso, y que los habitantes de Barra de Navidad, recuerdan con gran devoción.

Se trata de la imagen del Cristo de los brazos caídos, que se encuentra al interior de la Parroquia de San Antonio de Padua de Barra de Navidad.

De acuerdo a las crónicas de los hechos, durante la madrigada del día 1 de septiembre de 1971, el huracán “Lily” azotaba con furia a Barra de Navidad y poblaciones circunvecinas.

En esa fecha, los brazos del cristo de la iglesia, como en forma milagrosa se desprendieron de la cruz sin caer al suelo.

“Cuando el huracán “Lilly” golpeaba con toda su furia a Barra de Navidad, el Cristo bajó los brazos”… esta es la frase que se ha repetido al paso de los años, y se volverá casi legendaria.

Los hechos están patentes, en el crucifijo, y los barreños, que han vivido el paso de innumerables huracanes sobre sus costas, juran que esa madrigada volvieron a nacer; y atribuye a ese suceso diversos milagros que reciben ante las plegarias que dedican a su “Cristo del Ciclón”.

El templo, de recia estructura, no dejó colar ni el viento, pero el Cristo parece haber contestado así al grito creyente: “Señor sálvanos que perecemos”. Lo más sorprendente es que la imagen, de pasta, no sufrió golpes, ni humedad y los brazos, como colgajos de misericordia, parecen retenidos por un prodigio. Actualmente se venera en la ahora Parroquia de San Antonio de Barra de Navidad, Jalisco

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