Cultura

Una Silla para La Abuela Chuy

Mario Pelayo Guzmán, presidente municipal de Casimiro Castillo, Jalisco ha hecho suya la demanda de artículos ortopédicos para personas con discapacidad o en edad avanzada, a quienes les ha cambiado su estilo de vida.

CIUDAD | Marco Antonio Guízar

CASIMIRO CASTILLO, Jalisco. [ABC Medios]- Timbra el teléfono, se toma la llamada y al otro lado de la línea el Jefe de Gabinete, Julián Rubio García anuncia, que la solicitud de una silla de ruedas, al alcalde Mario Pelayo Guzmán, ha sido aprobada, que se pase por ella a Palacio Municipal.

Todo pareciera una situación cotidiana, algo normal en la vida de un funcionario público, sin embargo, hay una historia que hoy deseo compartir, y no dudo que sea exclusiva, en cada una de las sillas o apoyos entregados por el presidente municipal, se encuentran la historia de vida de muchos adultos mayores o personas con discapacidad que hoy quieren ser escuchados, que hoy, postrados en una cama, quieren recuperar su movilidad y mejorar su estilo de vida.

La Directora de Desarrollo Social, Nedy Lorena Ochoa Ramos informa que este programa “lo trabaja directamente el presidente municipal, quien utiliza sus recursos para adquirir las sillas de ruedas, o algún otro artículo que necesitan muchos de los adultos mayores de Casimiro Castillo, Jalisco.”

“Son muchas las personas, escasas de recursos que quieren ser escuchadas, que necesitan sean atendidas y como autoridades, estamos haciendo lo humanamente posible de llevar uno de estos artículos para aquellas personas que por algún accidente, o enfermedad, lo están necesitando,” comenta Mario Pelayo Guzmán.

UNA GUERRERA DOBLEGADA POR EL COVID-19

Por años estuvo al frente de su “fogón” que ardía incesante todo el día, no solo para preparar los sopes o tostadas que vendía para hacerse de unos cuantos pesos. A su cocina, fuimos muchos los que llegamos en busca de “un taco” para saciar el hambre y disfrutar de su compañía.

“Ma´Chuy” o “Doña Chuy” como es conocida, a sus 89 años de vida está pasando por una de las peores etapas de su vida, el año pasado, víctima del Covid-19, padece las secuelas de la pandemia, postrada en su cama. Su fogón se apagó.

Con su trabajo, día a día, tras el metate, no solo alimentó a sus hijos, con el paso de los años, los nietos “caímos” uno a uno con “Ma´Chuy”, sabíamos que, al solo llegar a su casa, el afecto que tuvo por todos, nos arropaba, y claro, aprovechábamos para disfrutar de sus tortillas “calientitas”, de su salsa de molcajete, y cuando eran días de bonanza, de una carne asada a las brasas.

Siempre a la mano, para quien llegara con hambre, estaba ahí, su olla de barro, donde nos cocinaba los frijolitos.
Esa salsa, de tomate asado, chile de árbol y la tortilla recién echa, esa una de las delicias que muchos disfrutamos en casa de nuestra abuela…

Nuestra abuela nunca tuvo nada, pero nunca le faltó lo necesario para hacernos sentir en casa, siempre hubo un plato de comida que nos ofrecía, frijoles, con queso o solos, pero que se disfrutaban como el platillo más suculento del mejor de los restaurantes.

Mi abuela, mi “Ma-Chuy” ni fue una mujer cualquiera, ella no leía poesía, no compra libros, las que no toman café capuchino, solo de olla y era el mejor, siempre fuerte.

Ella era de remendar la ropa, aseaba su casa con su escoba de “varitas,” el fogón fue su mejor estufa, siempre encendido, esperando a la familia.

Aún recuerdo que ante cualquier “accidente” siempre tuvo a la mano un remedio casero con el cual atener un raspón, un chichón en la cabeza.

Ella, “Ma-Chuy” siempre ha sido de corazón humilde, nunca se quejó de las arduas jornadas de labores.

Es cierto, fue de clase baja, pero más alta que ninguna, más fuertes que un roble y, sobre todo, una abuela con la cual muchos de sus hijos, nietos y bisnietos deberíamos de estar agradecidos.

Quizás una silla de ruedas, para la mayoría no signifique mucho, pero para ella, lo significa todo… vuelve a ver la luz, vuelve a tener contacto con los suyos; por ello, Mario Pelayo, a nombre de la señora María de Jesús Gutiérrez Barragán ¡¡¡Gracias!!!.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *